
Unidos por la presencia de Jesús
Oí a una mujer que decía a su hijo que lloraba por no haberle dicho a su padre que lo quería mucho: Ahora ya está muerto.
La muerte de Jesús tiene varios niveles de lectura. 1°. Pérdida física. 2°. Una partida. 3°. La manifestación del amor de Dios. 4°. La pérdida de la presencia física da origen a una nueva presencia interior por el Espíritu Santo.
Jesús y su Padre habitan en el que tiene verdadera Fe, crean una comunidad de amigos que se aman unos a otros e invitan al mundo desunido a hacer la experiencia de la unidad.
Jesús reza no sólo por sus discípulos, sino por quienes van a tener Fe por la predicación de ellos, en una cadena que a través del tiempo llega hasta nosotros.
La unidad entre el Padre, el Hijo y el E.S. nos señalan la triste condición de los hombres fragmentados y divididos, e invitan a sanarse. El dar amor y recibirlo en la comunidad es el mensaje para el mundo dividido. S. Francisco de Asís decía: Prediquen mucho con su ejemplo. Si no hay más remedio usen palabras. Nuestro modo de vivir es lo que atrae y cambia al mundo.

