Sólo venimos a hablar con María
Cada bautizado es llamado a abrir su corazón
En su libro ¿Cómo limpiar la vida?, O. Santagada, exhorta a descubrir nuestra auténtica persona. Me atrevo a ponerle una imagen a esa expresión.
Hace un tiempo visité la ciudad de Salta; pese a que recorrí muchísimas iglesias (todas ellas de una belleza dignas de elogio), jamás había tenido la oportunidad de ascender a “Tres Cerritos” donde se alza la capilla de la Virgen del Cerro.
La experiencia fue reveladora, sentí una y mil veces replicarse en mi mente la frase de del libro citado no me había dado cuenta qué distinto soy cuando estoy con otras personas o con Dios. Era muy temprano el sábado de mañana y ya se contaban cientos de micros de larga distancia estacionados de manera prolija en una hilera que parecía no tener fin. Miles de mujeres, hombres y niños ascendían con paso lento en un silencio que invitaba a la
meditación, el recogimiento y la oración íntima.
Llegar al santuario y observar más de tres mil personas sentadas en hileras ordenadas de bancos de piedra, cientos de voluntarios con camisas blancas radiantes y pañuelos celestes anudados al cuello, otros tantos cientos de sillas ocupadas por personas mayores o con movilidad reducida o incluso con patologías graves y enfermedades terminales fue una vivencia abrumadora.
Colas en orden de fieles saciaban su sed con el agua de la montaña. Nadie comía, ni tomaba mate, ni hacía compras, ni conversaba y durante toda la mañana y gran parte de la tarde no se oyó sonar ningún teléfono celular. La música era perfecta.
Algunas personas no podían permanecer sentadas, pareciera que no habían entendido el mensaje del lugar; insistían en pararse una y otra vez para tener el control de la situación. Una de las voluntarias se acercó y de manera amable aunque enérgica les dijo: Aquí solo venimos a hablar con María y así fue, miles de feligreses oraron, pidieron, abrieron sus corazones y unieron sus voces para que la Virgen fuera la mensajera ante su Hijo Bendito. No dejamos de hablarle, porque intercede por cada uno.