¿Quién es Jesús según el Evangelio?
Jesús nunca dijo que es Dios, pero se atribuye lo propio de Dios. Por eso, lo asesinan.
1) El origen de la Ley. La Ley para los judíos era Dios. «Según la Ley» significaba «según Dios». Sin embargo, Jesús afirma «Se dijo antes, pero Yo les digo…» «Han oído a sus ancestros: No matarás, pero yo les digo quien se enoja con su hermano…» «No fornicar, pero yo les digo que quien mira a una mujer…» «Se dijo: Ojo por ojo, diente por diente, pero yo les digo no busquen la venganza…» Jesús se identifica a sí mismo como la fuente y el origen de la Ley.
2) El poder de perdonar los pecados. El episodio del paralítico sanado delante de los maestros de la Ley, le hace decir: «Qué es más fácil decir: tus pecados te son perdonados o toma tu camilla y vete a tu casa»… Jesús exige un cambio del corazón, una nueva concepción de la vida. A Jesús no le interesan las cosas externas y las formas de comportamiento exterior, sino lo que sale del alma. Por eso alaba a la pobre mujer que pone unas moneditas como ofrenda.
3) Jesús se identifica con la moralidad. «Cuando lo hicieron a uno de los pequeños, me lo hicieron a mí». Es el juicio final, quien hace el bien aunque no lo sepa, está en relación con Jesús. El no se pone como juez, sino como principio de identidad o criterio de lo bueno y lo malo. Él es el bien. Esta es la afirmación más poderosa de Jesús sobre su identidad. La fuente de lo moral es Dios. El principio del Bien coincide con la Verdad. En un primer momento los discípulos entendieron que había que seguir los preceptos de Jesús, luego que había que vivir como El, y después que había que vivir para El. Las palabras de Mateo 25 en el Juicio final son más fuertes que cuando se atribuye el perdón de los pecados o se declara juez de todas las acciones.
Conclusión: en el camino de la vida seguimos a Jesús. En El encontramos la meta. Al El amamos cuando hacemos el Bien a los demás, los pequeños, y vivimos lejos de la mentira.
