Nuevas obras de misericordia espirituales
12ª. Honrar a los difuntos y sus restos
Es una doctrina católica que despues de la muerte viene el juicio (Hebr. 9:27 – 2 Cor 5:10). En este juicio a cada uno le toca uno de estas opciones: Cielo, Purgatorio o infierno. Por eso siguiento la larga Tradición de la Iglesia ofrecemos oraciones, sacrificios y Misas por los difuntos para que sus almas sean purificadas y puedan entrar en la gloria. En las catacumbas o primeros cementerios cristianos hay esculpidas hermosas oraciones por los difuntos, que eran honrados por todos. Quedan otros testimonios escritos en los escritos de los Santos Padres.
En esta obra de misericorida queda claro que los católicos honramos a nuestros difuntos y rezamos por ellos. icio final sus cuerpos, o ahora en los Cinerarios parroquiales, en los cuales ponemos con dignidad sus cenizas.
Más aún respetamos sus restos, ya sea en los cementerios en donde esperan el Juicio final, cuando Jesús regrese en gloria y majestad.
Tirar las cenizas de los difuntos no tiene apoyo en ningún texto de la Escritura ni uso de la Tradición. Es un uso de personas que nunca amaron y aunque van a morir, tienen miedo a todo lo referente a la muerte. Piensan que si no se refieren a los difuntos, no existen. Es un uso ateo y diabólico.
Veneramos los restos de los difuntos porque son nuestros seres queridos con quienes, Dios mediante, esperamos encontrarnos en el banquete de la Gloria. Porque después que vuelva Jesús para el juicio universal ya sólo quedarán dos opciones: Cielo o infierno.
Y la mejor oración es: Descansa en paz. Porque San Pablo trae un antiguo himno cristiano que dice:
Despierta tu que duermes. Lvantate de entre los muertos y Cristo te iluminará (Efesios 5:14). O bien pedimos : Dales Señor el descanso eterno y brille para ellos la luz que no tiene fin.