Guía y consejo

Nuevas obras de misericordia espirituales

7ª. Tratar a todos con respeto: a cada uno según su dignidad

La religión da culto a Dios. Es una virtud especial, porque a Dios nada le debemos. La piedad es el honor que los hijos deben a sus padres, porque nos dieron la vida que con nada se puede compensar. La piedad es una parte de la virtud de justicia, que exige dar lo que se le debe. Aunque la deuda de los hijos hacia los padres con nada se puede pagar. Consiste en el homenaje, la obediencia y la paciencia con los padres. La piedad también es el respeto que se debe a la patria. Tenemos una deuda con nuestro pueblo: idioma, orden jurídico, poesía, música, artes plásticas. El hombre de veras humano debe rendir culto a la patria y a sus símbolos.

Además de la religión y la piedad, existe, el respeto hacia los demás, pues cada uno depende de otro de algún modo. El primer respeto es hacia los que poseen una dignidad, aunque no estemos bajo su autoridad. Ese respeto se debe no por ser una persona buena, sino por el cargo que tiene y por la comunidad que dirige.

Y a los demás se debe respeto. Este respeto mutuo es el que funda el orden de la sociedad. El respeto exige decir la verdad, dar las gracias, ser generoso, ser amable en el trato cotidiano. Cuando falta el respeto falta la alegría. No puede haber sociedad sin verdad y sin alegría. Este respeto es la base de la convivencia humana.

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