No hay vida católica sin comunidad
ÍNDICE
El cerrojo a las comunidades es un acto injusto
La grave crisis por la que atraviesa la sociedad, la política, la economía, la cultura y la religión es parte de una época aprovechada por los poderosos para hacer cosas injustas entre ellas, aprobar la ley del aborto en la Legislatura porteña. En medio de las grandes tribulaciones para la gente, los malvados no han perdido su tiempo para hacer lo malo.
Van a necesitar mucho dinero para comprar votos
El peligro es serio porque aumenta la gente que vende su consciencia por unos pesos y no acepta la Verdad de Dios. Tenemos que encontrar el modo para ser fuertes en la Fe. Necesitamos una nueva manera de vivir como cristianos estables y probados. Si, precisamos una forma que ordene lo interno y reúna lo disperso en nuestro corazón, de modo que busquemos a Dios y conectarnos con Él. Se requiere una disciplina de vida. Esa disciplina nos hará derribar los muros que separan a la gente. Esos muros son: escándalos, indiferencia hacia el prójimo, rutina en el culto, generalizaciones malsanas, crítica sistemática a quienes hacen algo, negligencia en cumplir los deberes, irresponsabilidad con respecto a la comunidad de Fe, jamás aceptar los errores, creerse mejores que los otros.
Pobres los que se consideran salvadores del pueblo
No vamos a salvar al mundo: al mundo lo salva Jesucristo. Queremos empezar un tipo de vida católico que sea una isla de santidad y solidez en el mar oscuro del poder en la sociedad. Hay que tomar consciencia de que sin comunidad no hay vida católica.
Es menester recuperar la visión de una vida ordenada y centrada en Jesús y en las prácticas imprescindibles para profundizar la conversión y descubrir el amor de Cristo que nos hace plenos.
Mons. Dr. Osvaldo Santagada
El párroco más anciano de la ciudad de Buenos Aires