Lecciones del voto del 11 de agosto de 2019
1ª. lección: los políticos no pueden actuar para ganar campañas de votos que les dará poder o más poder. El pueblo argentino necesita líderes serios y honestos, capaces de ocuparse del bien común, mirando el futuro de la patria y no en sus lucros personales. ¿Por qué no desear que haya gente decente que mire de veras el bien del país confiado a ellos? La generación de 1880 se dedicó a pensar el país mirando a 1930. Pero desde hace décadas falta gente prudente que lleven al país adonde debería estar por sus riquezas naturales y los dones de su gente. En 1952 se predecía que la Argentina estaría entre los primeros países del mundo en el año 2000, junto a Australia y Canadá. No fue posible ese pronóstico, pues fuimos mal gobernados por gente que buscó su poder y su renta. Aún sigue la provincia de Buenos Aires anegada por las aguas y el Riachuelo es en un foco nocivo junto a la Capital, pese a que llegó mucho dinero para esas y otras obras de infraestructura.
2ª. lección: La sociedad argentina se ha dividido, porque los líderes del país, están más preocupados por el poder a todo nivel, no hacen caso de las leyes de la República. El país asiste pasmado a la lucha de los políticos: dicen un cosa y por detrás hacen otras. 3ª. lección: Los primeros dañados por esos votos de división son los pobres, los jubilados y los marginados de la sociedad. ¿Por qué se gobierna sólo para los amigos o los comprados? La Argentina que puede alimentar a 800 millones de personas con sus recursos. ¿Cómo es posible que la mitad de su población viva por debajo de la línea de pobreza? Es hora de que los líderes políticos reconozcan sus yerros y que “la Patria los demande” por su inercia en defender a sus hijos. Hay que alzar la vista y salir de este estado de locura pública. (In 14)