Las palabras y los ritos
En algunas iglesias y capillas, en lugar del culto verdadero de los fieles aparece una Misa express, en la cual cumple las rubricas un sacerdote que apura los gestos, farfulla sin que nadie entienda las palabras consideradas esenciales para el sacrificio divino, vacías de inteligibilidad.
La incapacidad cada vez mayor que tiene nuestro cristianismo para tocar el alma del hombre de hoy se debe a esa triste realidad.
El remedio es un descubrimiento del sentido y la naturaleza original de las palabras y los ritos, que no se ignoran más unas a otros a causa de una ceguera congénita y mutua.
Un primer aspecto a tener en cuenta se da en los ritos en los cuales Dios se ofrece a la participación de los fieles. Entonces lo sagrado invade nuestros templos: así sucede con la Eucaristía, memorial de la Ultima Cena y de la Cruz. Ante este ambiente sagrado, por la Misa, el hombre es llevado al plano sobrenatural de Dios.
El segundo aspecto a considerar es como las acciones comunes de la vida humana son introducidas en la esfera de lo sagrado y se transforman en bendición para sanar la vida humana: es el caso de la Imposición de manos o del rito de la Bandera de Cristo sobre los fieles. Ante esto, cada uno comprende lo sagrado como un beneficio excelente de Dios que desciende al plano natural del hombre. Lo sagrado se configura por el encuentro de lo sobrenatural y lo natural.