Las alas de la oración son el ayuno y la limosna
ÍNDICE
San Agustín de Hipona
Los preciosos textos de los Santos Padres nos acompañan en estos días de Cuaresma.
“Ante todo, acuérdense de los pobres; de esta forma depositen en el tesoro celestial aquello de que se privan viviendo con mayor sobriedad. Reciba el Cristo hambriento lo que al ayunar recibe de menos el cristiano. La mortificación voluntaria sirve de sustento para quien no tiene nada. La escasez voluntaria del rico sea abundancia necesaria para el pobre”.
Sermón 210, 12
En la Patrología Latina editada por Migne tomo 38, col. 1053
“Has oído lo que dijo Isaías: “Comparte tu pan con quien tiene hambre” (Is 58:7). No pienses que basta con ayunar. El ayuno te castiga, pero no alimenta al otro. Tus privaciones serán fructuosas si dan alivio al otro. Pero mira que has engañado a tu alma: ¿A quién le darás aquello de lo que te has privado? ¿Dónde pondrás aquello que te negaste? ¡Cuántos pobres se pueden alimentar con el almuerzo que hoy no tuvimos!
Ayuna de tal modo que por haber comido otro, tú te alegres por haber comido por la oración para que puedas ser oído. El profeta Isaías dice acerca de esto: “Tú todavía estarás hablando y yo te diré: ‘Aquí estoy, cuando compartes tu pan con el que tiene hambre con alegría’” (Isaías 58:9-10), porque con frecuencia lo hacen con tristeza y protestando más para liberarse del fastidio de los que piden que para aliviar el hambre de los pobres. “Dios ama al que da con alegría” (2 Corintios 9:7). Si te produce tristeza dar el pan, pierdes el pan y la recompensa. Dalo entonces de buena gana, para que Aquel que ve en tu interior ‘cuando todavía estás orando’, te diga: “Aquí estoy”. ¡Qué rápido recibe Dios las oraciones de los que obran bien! Y esta es la justicia del hombre en esta vida: el ayuno, la limosna y la oración. ¿Quieres que tu oración vuele hacia Dios? Colócale dos alas: el ayuno y la limosna.
Comentarios a los Salmos, 42:8
En la Patrología Latina editada por Migne vol. 36, col. 482