presencia y accion - himnos de la fe cristiana - osvaldo santagada
Liturgia

La vigilia de Dios

Al canto de los gallos viene la aurora;
Los temores se alejan como las sombras.
¡Dios, Padre nuestro,
En tu nombre dormimos y amanecemos!

Como luz nos visitas, Rey de los hombres,
Como amor que vigila siempre de noche;
Cuando quien duerme
Bajo el signo del sueño prueba la muerte.

Del sueño del pecado nos resucitas,
Y es señal de tu gracia la luz amiga.
¡Dios, que nos velas!
Tu nos sacas por gracia de las tinieblas.


Comentario teológico espiritual
1. Tener fe o vivir de la fe es aceptar la «noche». Es cierto, debemos pasar la existencia entre peligros, traiciones y dudas.
2. Quisiéramos solos mover la piedra de la tumba de Jesús para «ver» el momento mismo de la Resurrección. Pues en ese punto el Crucificado lleva a la gloria las marcas de su pasión. Y no podemos: somos frágiles para tal proeza. Sólo Dios puede.
3. Aceptar la noche, no significa que la fe está muerta. Al contrario, la fe se hace más viva cuando atraviesa la noche. De noche en noche, la fe se prepara para el día.
4. Necesitamos dormir para que el descanso acepte el peso del trabajo y del dolor. Hay que lograr que la fe se mantenga alerta, incluso durante el sueño para poder escuchar el llamado de Dios. La Biblia está llena de los sueños de los hombres mediante los cuales Dios habla.
5. Hay, pues, una vigilia de la fe. Ella queda despierta velando nuestra noche no sólo la del sueño, sino la que coexiste con el día. Hasta que un día nuestra fe se encuentre con Cristo Resucitado. Entonces desaparecerá la fe y quedará el amor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *