La piedad hacia los padres y ancestros
1: La piedad o culto a los padres tiene dos aspectos:
El primer aspecto es la ayuda que hay que brindarles según las ocasiones que puedan aparecer. Es deber de los padres ayudar a los hijos. Los hijos deben ayudar a los padres cuando ellos ya no puedan por sí mismos mantenerse.
El segundo aspecto es el honor y la reverencia que merecen los padres aunque no la pidan. Este aspecto exige respetar a los padres en sus palabras, soportar sus deficiencias con la edad, no gritarles nunca. Hablar bien de ellos y no recordarles errores pasados.
2: El culto a los padres es la manifestación del amor y la gratitud que les corresponde por habernos dado la vida, sin hacer juicios sobre sus fallas antiguas, sino mirando el futuro para el cual nos prepararon como pudieron. Ese amor y gratitud se extiende a los abuelos y antepasados que nos transmitieron la cultura, la lengua, la historia y los valores. El culto a los antepasados exige de nosotros oraciones y Misas por ellos. Conviene tener un cuaderno con los miembros de la familia y conseguir los datos que sin demasiado esfuerzo se puedan lograr.
3: Hay dos pecados contra la piedad hacia los padres:
a) El primero es la ingratitud que es un pecado serio. Santo Tomás dice que los ingratos son indecentes y deshonestos.
b) El segundo es excusarse con que se ayuda a los padres para dejar el culto de Dios. No podemos nunca dejar de dar culto a Dios: es la virtud de Religión. (O.D.S.