Catequesis

La palabra de Dios debe proclamarse con sentido y verdad

¿Dónde estamos fallando?

La pregunta ¿Dónde estamos fallando? es para hoy a los católicos. Nos hemos habituado a que la Palabra de Dios se lea de cualquier modo, y ya no toca nuestra vida. Hay que hacer como que se oye, pero en realidad no nos interesa. Lectores que pronuncian mal, que no saben lo que están leyendo, que no conocen la Biblia, que no saben hacer pausas, que lee todo de corrido, que no articulan las consonantes, que dejan caer el final de las palabras. La lista de defectos es impresionante. Los sacerdotes también «caen en la volteada».

El Concilio Vaticano II, que fue el XX concilio ecuménico de la Iglesia, sancionó las leyes fundamentales que deben regir a la comunidad católica En la constitución sobre la liturgia (124) dice: En la celebración de los sacramentos, la importancia de la Biblia es muy grande. Pues de la Escritura se toman las lecturas que luego se explican en la homilía, y los salmos que se cantan, las preces, oraciones e himnos litúrgicos están penetrados del espíritu de la Biblia, y de ella reciben su sentido las acciones y los signos religiosos. Por eso, para procurar la reforma, el progreso y la adaptación de la liturgia, hay que fomentar aquel amor suave y vivo hacia la Escritura que atestigua la venerable tradición de los ritos tanto en Oriente como en Occidente

  1. No se pueden celebrar los Sacramentos sin leer la Palabra de Dios La Iglesia tiene dos pilares: la Biblia y la Tradición. Por eso, el primer precepto de la Iglesia es Participar de la Misa entera los domingos y fiestas de guardar. «Entera» significa que las lecturas y salmos son obligatorias para un católico de veras. Llegar tarde a Misa de modo habitual es un desprecio a Cristo, a su Palabra y a la comunidad. Por eso, tampoco pueden comulgar quienes no han escuchado la Palabra santa de Dios.
  2. La Biblia es tan decisiva en la Iglesia porque de ella se toman lecturas, salmos, preces. oraciones e himnos: las acciones y los ritos tienen sentido porque se basan en la Biblia. En la Iglesia las acciones y palabras se fundan en la Escritura. Bellas son las palabras que dice el sacerdote cuando besa el Evangeliario, después de proclamar la enseñanza de Jesús.
  3. Hay que fomentar el amor hacia la Escritura Como fomentar ese amor si el Pueblo de Dios no conoce la Escritura, ni la entiende, ni la oye con claridad? Participar de las reuniones de estudio de la Biblia en la parroquia: las tenemos desde hace 24 años. Prestar atención a la proclamación. Criticar con respeto a los que leen mal. Hacer silencio cuando se proclama la Biblia. Esperar delante de la reja a que concluyan las lecturas y salmos.

Qué lindo es ver que la gente llega temprano a la Misa y se prepara a oír la Palabra!

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