Guía y consejo

La ingratitud II

La gratitud es lo que nos da Dios: la Gracia

La gratitud es una virtud especial

La gratitud se opone al vicio de olvidase de los bienes recibidos. Es el caso de miles de cristianos que han recibido favores de Dios (milagros de todo tipo) y para eso pidieron sin cansarse a Dios y a los creyentes. Luego no se acuerdan de dar gracias. Hoy se difundió en la Iglesia Católica el vicio de no dar gracias después de comulgar y al término de la Misa. Nos hemos fabricado un Dios falso, que El, si, debe escucharnos, pero nosotros podemos con tranquilidad olvidarnos del beneficio que nos hizo.

Ser agradecido es un valor que se debe enseñar y aprender.

Lo que pasa con Dios pasa entre la gente. La mayoría de los que piden favores y se les conceden, se olvidan de los beneficios recibidos. Pongo un ejemplo grave: Al párroco se le piden cartas de recomendación, de presentación y otros escritos  o favores, para autoridades oficinas, escuelas, universidades, etc. Todos piensan que los sacerdotes estamos para hacer esos favores, pero nunca los agradecen ni los recuerdan.

Tres actitudes de la gratitud y tres grados de la ingratitud

1°)  Es que las personas reconozcan que recibieron un beneficio.

2°)  Es que agradezcan y alaben el beneficio recibido.

3°)  Es que retribuyan según distintos modos y posibilidades. 

Los grados de la ingratitud son tres:

El primer grado es no retribuir a quien nos benefició y al contrario devolver mal por bien.

El segundo grado es disimular que se recibió un beneficio como si no se hubiera recibido y desmerecer el beneficio.

El tercer grado es el más grave: no reconocer por olvido y negligencia  a quien nos benefició. Y que encima digan que no se le hizo un bien sino un mal.  Estos grados se reducen  esto: despreciar el beneficio.

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