La importancia de la oración común
Nadie está habituado a tener horas de oración en común. Padres e hijos tienen vergüenza de orar en común. Es importante realizar esta oración, porque es el principio para comportarse como uno debe.
En cada casa se debería organizar esas horas: puede ser un rato después del desayuno, un rato antes del almuerzo, el rosario antes de cenar, y la oración de la noche antes de ir a dormir.
¿En qué consiste esta oración común? En cada casa se oirá la opinión de cada uno. A unos les gusta rezar salmos, a otros hacer una Novena, a otros cantar un himno de alabanza, a otros leer un texto del Evangelio, a otros aprender a meditar, a otros les gusta el silencio de contemplación. Se pueden establecer un horario semanal para las distintas actividades de honrar a Dios.
Los padres deben aprender a bendecir a sus hijos. No están acostumbrados. Porque vivimos sólo de las necesidades físicas. Es necesario comprender que cada uno tiene que alimentar su espíritu.
Aprender de memoria oraciones básicas: cómo se reza y se dirige el Rosario, cómo se guarda el silencio para hablar con Dios en los íntimo, cómo se hace para que el trabajo de cada uno se haga oración. Hay que tener a mano devocionarios, cancioneros, boletines o periódicos de formación, libros espirituales clásicos. Los niños pueden hacerse los tontos, pero no lo son; los adolescentes pueden fastidiarse, pero ahora deben aprender algo que nadie les enseña: el control de sí mismos. Y en cada cosa que se imite a la S. Familia de Nazaret: cada uno hace lo que debe y cumple lo común por amor.
Osvaldo Santagada