Jorge Mejía, nuevo cardenal de la Iglesia.
El Papa ha designado cardenal de la Iglesia al arzobispo Jorge M. Mejía, responsable de la Biblioteca y del Archivo Vaticanos. Es un honor para nuestro país, para la Facultad de Teología y el Seminario de Buenos Aires, y para la Fundación «Diakonia» de la cual es vicepresidente. Nos alegramos de este nombramiento, por el vínculo personal que nos une al cardenal Mejía.
Las razones objetivas de este nombramiento se deben a la trayectoria, la filosofía y la experiencia del card. Mejía. Su itinerario es el de un intelectual: profesor de Antiguo testamento en la Facultad de Teología, especialista de cuestiones ecuménicas e interreligiosas, periodista de pluma fecunda y lógica férrea durante su dirección en «Criterio», miembro del CELAM, invitado a las Asambleas generales del Consejo Mundial de Iglesias; luego en el Vaticano, responsable de la Comisión para las relaciones religiosas con el Judaísmo, secretario de la P. Comisión Justicia y Paz, secretario de la S. Congregación de los obispos, secretario del Colegio de cardenales, prefecto de las seculares Biblioteca y Archivo apostólicos. Muchísimos artículos. Y, en la plenitud, haber contribuído a suavizar el pensamiento de la S. Sede con su redacción de la 2. Instrucción sobre la teología de la liberación.; y haber sido redactor de la encíclica «Centesimus annus», en el centenario de «Rerum novarum» de León XIII (1891) sobre la cuestión «social».
Sus principios: la Palabra de Dios ha moldeado su vida a través del conocimiento de la Biblia en sus idiomas originales, la exégesis, la lingüística y la interpretación. Luego su pasión por la historia del pensamiento cristiano y la historia de la Iglesia desde los inicios, conocedor de los Santos Padres leídos en el original. Lector ávido del magisterio de la Iglesia e intérprete de sus documentos y de la realidad subyacente. Una capacidad intelectual semejante provocó envidias, tan así es que cuando el Beato Juan XXIII lo nombró perito del Concilio Vaticano II, el card. Caggiano guardó su designación en una gaveta y no se la dijo, hasta que la Nunciatura intervino.
Su experiencia: un hombre relacionado con otros creyentes, con legitimidad en el mundo intelectual de nuestro país y del exterior. Innumerables son sus intervenciones en conferencias internacionales. Conocedor de la realidad de las naciones por los viajes de sus cargos, poliglota consumado, poseedor de una memoria prodigiosa tanto para textos como personas, igual que su maestro Henri de Lubac S.I.; Mejía ha tratado a cientos de obispos y a casi todos los cardenales. Además, organizó eventos a nivel latinoamericano y mundial: es sabido su influjo en la famosa reunión de oración de 1986 en Asís entre el Papa y los líderes de otras religiones mundiales.
Ahora le corresponde ayudar al Primado Romano con su sabiduría, asumiendo las tareas que el Papa le dará. El Papa nombra a los cardenales de la Curia como miembros de otras Congregaciones, e.d., con derecho a intervenir, convencer y persuadir a sus pares en las decisiones. ¿Quién no quisiera tener a un varón eclesiástico destacado en tantos niveles, como referente de sus ideas o proyectos? «La voz del Peregrino» felicita al cardenal Mejía y le desea fecundidad para el bien de la Iglesia.