Catequesis

Jesús pone a prueba al líder de la Iglesia

¿Qué necesitan nuestros líderes?

Según dicen y escriben los líderes necesitan capacidades y valores, o roles y principios. A Jesús no le interesan las habilidades de Pedro ni sus valores, sino su identidad espiritual. ¿Qué mueve a Pedro? ¿Su ego o la luz interior que le permite aprender y perfeccionarse? ¿Está apasionado por aprender el oficio de pastor de la Iglesia? ¿Le importa tener los dones necesarios? ¿Sigue sus impulsos o se deja guiar por el Espíritu Santo?

El Ego de Pedro

Se niega a que Jesús lo lave y se considera capaz de morir por El. Jesús quiere que Pedro no deje su ego, sino que lo eleve para ponerlo en contacto con el Espíritu Santo de amor y entonces ya no habla Pedro, sino el Espíritu en Pedro. El ego centrado en la identidad espiritual del alma nos hace cambiar el físico y la sociedad. Cuando Jesús pregunta tres veces a Pedro si lo ama, desea que el ego de Pedro se fusione al alma consciente de Jesús. Entonces la tendencia a ser importante que tiene el ego se transforma en actividades de servicio para los demás.

No somos más importantes que los demás

Cuando unimos el yo psicológico al alma espiritual nos hacemos conscientes que debemos mantener la unidad de los demás, sin considerarnos superiores a nadie. El verdadero líder es humilde y debe repetir 3 veces que ama a Jesús. Sólo ese amor le permite guiar a la comunidad cristiana: “conduce a mis ovejas”. Y en lugar de ocultar su identidad de Fe, sabe que Jesús “conoce todo” y un día lo va a juzgar porno haber pescado. El ego siente miedo a la resistencia. El amor que eleva al ego, no tiene miedo a nada y no oculta lo que cree y espera, porque Jesús le pide que vaya a pescar gente para la Iglesia.

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