Guía y consejo

Jesús es la luz del mundo

(Lucas 2: 22-40)

La luz de Navidad reaparece

La presentación de  Jesús

A los 40 días del Nacimiento, el Bebé Jesús es presentado en el Templo. Se trata de un acontecimiento en la vida de Jesús, que de paso, roza el papel de María. Es una fiesta cristológica y nó, mariana, sino a Jesús. Luego de 40 días desde ese humilde nacimiento en la gruta de Belén, reaparece la luz. Hoy es una Pascua: se celebra la gloria de Jesús, la luz del mundo. Por eso esas candelas son especiales, porque Jesús vino a salvar y sanar al mundo. Y esta Pascua sucede antes de la Cuaresma. El Miércoles de Ceniza comienzan los 40 días de preparación para la segunda Pascua en la que aparece Cristo de nuevo en el cirio pascual y en nuestras candelas de Pascua, encendidas.

Los humildes reconocen al Salvador

Simeón y Ana no pertenecen a ninguna casta especial, son justos delante de Dios y nó privilegiados. Saludan a la llegada del Niño con sus profecías: para Simeón, Jesús es la luz y la gloria; para Ana, Jesús es el Redentor. Para los dos, se cumplen los profetas. Esta escena es el vínculo del Antiguo con el Nuevo testamento. No hay ruptura sino continuación. Dios prometió al Salvador, desde el comienzo de la humanidad. Pero no es un Salvador común: inspirado por el Espíritu, Simeón anuncia que será un signo de contradicción. Así prefigura el destino cruel de Jesús.

Regreso a Nazaret

Jesús regresa con su Madre a Nazaret. Ella lleva en su corazón la profecía de Simeón: una espada atravesará tu alma. Por su parte, Jesús debe crecer en edad, el sabiduría y en gracia. Así se dispondrá a cumplir su Pascua. Los cirios que hoy consagramos con una Bendición especial son muy importantes en cada casa: porque son la presencia de la Luz de Cristo que disipa las tinieblas de la vida y los ataques del maligno.

Dr. Osvaldo Santagada

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