Guía y consejo,  Liturgia

Homilía de la Noche pascual

“Se acaba de escuchar el texto de la Escritura donde se habla del Exodo de los hebreos del Egipto y se ha dado la explicación de las palabras del Misterio de la inmolación del Cordero y la salvación del pueblo.

La Pascua tiene un sentido en el tiempo y en la historia, y también un significado eterno, que es el sacrificio de Jesucristo. La Pascua tiene un sentido muy profundo. La palabra Pascua, deriva del verbo griego paskein y del sacrificio redentor de Jesucristo, prefigurado en la sangre derramada del inocente Abel, en el destino de José vendido por sus hermanos y la vida de los verdaderos profetas de Dios.

La vida de Jesús fue en beneficio de nosotros, pero los judíos fueron ciegos ingratos que no reconocieron en Jesús al Cordero que los liberaba, como el antiguo cordero los preparó para salir de la tierra de esclavitud. En realidad, fue Jesús el Cordero que los hizo salir del Egipto.

Jesucristo nos habla y nos dice: ¿Quién se atreve a juzgarme? Que se presente delante de mí. Yo liberé a los condenados. Hice revivir a los muertos. Yo resucité a los habitantes de las tumbas. ¿Quién se atreve a elevar su voz contra mí? Yo he vencido a la muerte, he triunfado del maldito enemigo, he pisoteado el infierno, encadené al fuerte Adversario, y he elevado al hombre a los Cielos.

Por eso, vengan todos a mí, hombres y mujeres, ustedes que están sucios por sus pecados y reciben el perdón de sus pecados. Yo soy el perdón de ustedes. Yo soy la Pascua de la salvación de ustedes.

Melitón de Sardes (año 170)

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