Guía y consejo

Guía y consejo, 19 de mayo de 2019

   Las trabas al educar son similares en el mundo: dependen de las ideas de base y de la cultura que las rodea.

   Educar crea cultura, y depende de la cultura que hay. No basta instruir, entregar los saberes básicos, o sea, leer, escribir y calcular. Hay lugares donde la gente es analfabeta. Además de la escuela, ¿qué influye en el educar y formar a personas?.

  • Influye la familia. Hoy pasa por una grave crisis. Y por temas ajenos a la voluntad de los padres, la mayoría de las familias no se ocupa de educar a los hijos; o sea, no siguen el proceso que se da en la escuela. La familia ya no trasmite los valores básicos, previos a la escuela. La familia corre el peligro que su hijo no salga preparado para la vida.
  • La cultura joven invade el sistema escolar. Fiestas, viajes y desbordes.
  • La teoría del chico libre, que no necesita límites: así  la persona absorbe cualquier cosa.
  • El mal uso de la tecnología.  Los chicos usan la PC, navegan por la red y registran lo que ven por la tele. Aumenta la desunión de la mente y la consciencia y se da desorden de sentimientos. Así se destruye al hombre.

   Pasan las semanas y las trabas quedan. En grandes grupos de hombres peligra su real formación: como gente de bien,  y, entre católicos, buenos cristianos. Pensemos. (GFI 13).

La crisis de los 50

   Es la generación nacida hacia 1970. Su tema favorito era negarse a dejar de ser jóvenes. A  los 50 tienen que vestir como maduros y no saben. Cuando tenemos 20 años uno no se preocupa si sus sueños se harán realidad. A los 30 y 40 comienza a preocupar. A los 50, aunque le digan joven, capta que sus amigos exitosos  le preguntan: ¿Qué haces?

   Esa gente quiso ser distinta  a sus padres. El resultado: hacen lo mismo que ellos e, incluso, peor. Por eso, sus hijos, criados con mucho mimo los maltratan y no los Las reunamigos  les señalan alguna cana que ya afloran. Usan el pelo como a los 20 y quedan ridículos.  

  Pensaron que debían diferenciarse de sus padres y abuelos, llevando una vida de vicios, y ahora llegan a los 50 y piden a alguna hermana que los reciba en su casa. No tienen cónyuge, porque aceptaron la idea de que el sexo es para gozar sin hijos. Ahora se sienten desolados, pues no pueden conseguir alguien y porque ven como la gente de su edad se divorcia, se separa y anda por la vida sin sentar cabeza y pensando que sus hijos se educan jugando al fútbol. Total falta tanto para los 50…

   Para la Iglesia es un motivo de ansia. Conocemos a esta gente porque no traen a sus hijos al Catecismo ya  que podrían darles respuesta que ellos evitaron. Son cómplices del declive cultural y moral  de sus hijos; carecen de autoridad para hablarles de castidad, verdad y  amor. No leen nada porque se oponerse a los libros. Ignoran casi todo menos lo que diga la tele. ¿Cómo hacer para que busquen la verdad y dejen las pavadas? Usan el celular: eso basta.

   No saben cómo  “madurar”. Viven encerrados en sus rutinas. La monotonía  los hace morir antes de la muerte. ¿Cómo eran felices sus padres y abuelos sin borracheras, ni lujuria, ni droga, ni boliches? Intentan romper la inercia con las redes. Logran quebrar lo poco estable de sus vidas. Hay hijos que rompen el círculo antes que sus padres. Dios sigue llamando. (GFI 13)

Las reuniones en mi experiencia

Por más de 60 años he tenido reuniones de todo tipo. Traté con toda clase de gente. Y saco estas ideas que les paso:

  Las reuniones fracasan porque hay hombres que se dedican a estorbar al grupo. Esos hombres son de tres .

  1. Los necios: son agresivos y desafiantes. Son ignorantes pero lo saben todo. Interrumpen para decir bobadas. Siembran lo negativo. Tienen siempre razón. Ellos no se equivocan nunca. Y quieren seguir haciendo lo que aprendieron hace años. Para ellos  ya está todo dicho.
  2. Los vagos: hacen el mínimo esfuerzo que la reunión sea un éxito. No hablan y no interactúan con los demás. Ponen cara de aburridos. Se despachan las cosas rápido y logran que a la gente no les interese el tema y quieran acabar pronto.
  3. Los pesimistas: ya llegan para deprimir a los demás.  Si ve a la gente motivada, se encarga de quitarles el motivo de gozo. Se mantienen callados, muestran cansancio y a veces apoyan la cabeza sobre la mesa o el brazo. Logra que después de un rato la reunión quede inerte.

   Estos tres tipos son como el gusano en la manzana, o como el virus en el pueblo. Una manzana podrida puede dañar todo el cajón y un solo virus puede convertirse en epidemia.

    ¿Cómo he salido airoso de esas reuniones? A los necios, los trato con cordialidad. Hablan como si hubieran ido a la Sorbona. Un rato incómodo lo hago cómodo.

   Las reuniones triunfan no porque eres inteligente sino porque tu actitud es sencilla, incluso cuando enseñas. Al final todo captan que se trata de aprender.

   Ahora que logran esos tres tipos que he descrito: logran que la gente se sienta insegura. Y loa importante en una reunión es la seguridad. La seguridad es básica porque es la cima de una cultura sana.  Hay más que decir, pero lo dejo por ahora. (ODS) (GFI 11.5)

El futuro del cristianismo

1ª. pregunta: ¿Cual es la función de la Religión en la vida humana?

   He tratado de entender la pregunta: ¿Cuál es a función de la religión en la vida del hombre? Ahora quizá la respuesta será harto clara. Para  vivir de modo atento, racional, sensato, un adulto debe formarse una visión del cosmos, del lugar del hombre en el cosmos, de su papel entre los otros hombres. Podría hacerlo apelando a los mitos, o a la ciencia, o a la filosofía o a la religión. Podría hacerlo así de modo explícito, consciente, pensado, o bien podría hacerlo de modo implícito, sin atención, sin examen. Podría defender lo que sostiene, o tratar de huir en el vicio y las drogas, o irritarse de modo radical contra eso, o caer en una vida sin esperanza. Esa es la condición del hombre[1] y ese es el problema del hombre. Una salida mítica sólo sirve para los que son como niños. Una salida científica es imposible, pues la ciencia se niega con método y sistema a pensar la cuestión. Una salida filosófica es pasada de moda, porque la filosofía se ha vuelto vital: se ocupa del hombre en su existir concreto; y en ella la cuestión es la verdad. Demostré que el hombre existe de modo real en la medida en que logra descubrirse a sí mismo y se hace dueño de sí mismo (la autotrascendencia), y descubre que superarse se logra en la santidad, el don del amor de Dios.                          Bernard Lonergan – GFI 15

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