Sufrimos al comprobar que nos rodea la incomprensión, la hostilidad, y las calumnias. Sufrimos por no poder compartir con los que amamos lo más hondo de nuestra Fe. Sufrimos al ver que los amigos se quiebran. Es una mezcla de gente que cree, no cree o no piensa. El materialismo ha entrado en cada ámbito. La gente, incluso clérigos, busca el confort. Estamos bañados de incrédulos. Y además la ignorancia total de la religión.
Vivimos en un medio pagano como los primeros cristianos en Grecia y Roma. Los sondeos dicen que Europa ya no es el bastión del catolicismo. De los 1300 millones de católicos en el mundo, más de la mitad vive en las Américas. En Africa hay 250 millones y el resto en los demás países.
La principal negación es la vida sobrenatural. La gente vive hoy la vida natural, que se presenta bajo formas devorantes en el trabajo y las diversiones. ¿Cómo sobrevivir en esta jungla? La mayoría cree que la Fe está al margen de la vida. La educación católica se centra en la conducta moral más que en la Fe y la adhesión a Jesús. Por eso, hoy es urgente el llamado a ser piedras vivas de la comunidad cristiana, como decía san Pedro.