
Guía y consejo, 10 de septiembre de 2019
ÍNDICE
El orden de Dios
Muchos piensan que los ritos católicos son sólo expresivos. En la tradición cristiana, esos ritos dicen lo que Dios quiere dar. Esos ritos nos llevan a la armonía con el orden de Dios. La Misa refleja la presencia de Jesús en el orden de Dios y la hace de forma concreta para que podamos entenderla.
La liturgia no es magia, sino el modo como entramos en comunión con Dios a través de los ritos y palabras. En la Misa volvemos al vínculo entre cuerpo y espíritu. Lo que hacemos con nuestro cuerpo y el mundo material produce efectos espirituales visibles.
Creo que la pérdida del amor a la Misa diaria y dominical, como lugar de unión con Dios, es una de las causas de esta crisis de la Iglesia hoy. Cuando no se vive en el orden de Dios, y olvidamos que todo depende de El, es difícil resistir al diluvio.
La gente de hoy mira las cosas y los eventos como si estuvieran aislados y no vinculados. Eso hace que la cultura no sea firme y fluya sin cesar. No hay anclas ni estabilidad, porque las cosas no están conectadas con el resto. La Misa nos devuelve la estabilidad perdida, porque nos hace unir toda nuestra historia: lo que somos. Quien no conoce la historia de los demás, no los conoce. El culto nos dice que somos de Cristo y de su historia. Así escribimos la trama de la vida. (In 13)

La televisión que ven los chicos
Se pueden tocar tres temas: el sexo sucio, la constante falta del horario para proteger al menor; los videos y viajes por internet. Nos ceñimos a unos programas de tele abierta para los adolescentes, emitidos por años, en los cuales bajo el velo de mostrar la realidad de los chicos, se usa un sistema sutil de lo inmoral.
Ocurría en Rebelde way, y antes en Jugate conmigo, obras de la misma autora. Era el cultivo malsano de lo sensual y el elogio – como si fuera normal – de los actos incompletos o petting, que en las personas sanas son lo previo para para la vida conyugal. El segundo de esos programas tuvo una versión teatral: Rejugadísimos.
Ruth Mehl en “La Nación” juzgó: el acento está puesto en lo sensual… la ingenua y excitada platea joven responde con ganas. El amor mencionado en esta obra se subraya a cada rato por el tono sensual y erótico de los cantos, danzas y bailes, que terminan con la seducción y la entrega… sólo aparece un sexo fino y muy medido…como si la diversión sólo es posible con lo sensual y sólo eso es lo único valioso del mundo juvenil. Por años los padres de los niños de hoy, han visto eso. ¿Cómo harán para cambiar su escala de valores, si Dios no los mueve a una vida moral? ¿Cómo no habrá divorcios, cuando no se sabe lo que es el real amor? (In 15)

Nuevas obras de misericordia corporales
1ª. Ducharse a menudo para evitar la depresión
2ª. Dormir lo necesario para poder tener buen espíritu
3ª. No contar enfermedades para no provocar la lástima
4ª. Aprender a oír música junto a la familia
Se dice que la música calma a las fieras. En la familia no hay fieras, pero es el lugar donde se descargan los nervios y uno se muestra como es. La vida fuera de la casa es difícil.
Hay que hacer que los niños y adolescentes tengan una buena unión con la familia cuando sean adultos. Oír música o tocar música juntos suaviza los lazos en la familia. Porque la música sana las heridas y eleva el espíritu.
Hay estudios de ciencia que han probado lo que afirmo. Los adolescentes que están con sus auriculares pueden compartir su música con sus padres y hermanos. No deben ocultarse para oír música, canciones.
Algo óptimo es cantar los cantos de la Iglesia desde niños. Las abuelas harán bien en lograr que sus nietos oigan música y canten con ellas. Y los padres que saben tocar la guitarra u otro instrumento, pueden hacer música desde que sus hijos son chicos. Incluso hay otros como el triángulo, las maracas y el bombo que dan el ritmo y les encanta a los niños.
Si se lleva en coche a los hijos a la escuela, se puede poner la estación de radio o el disco que a los adolescentes les gusta. No cuesta nada y crerá una relación sana cuando lleguen a la madurez, después de los 25 años. (IN 13)

La ira y la cólera
El hombre manso puede mostrar ira. La ira no se muestra, piensan algunos. Es un error. El hombre no es sólo espíritu. No mostrar la ira es un “vicio” y un “pecado”. Otra cosa es la cólera, el rencor y el deseo de venganza: esas son las tres formas de ira contrarias a la moderación del creyente. Quien muestra la ira ama lo sincero y el proceder honesto. Es bueno mostrar la ira contra los falsos.
La gente malvada esconde su mugre. No se debe pedir ayuda a quien puede dañarte. Hay que huir quienes no piden perdón. Usan la debilidad de otros para quitar la fama. Es un deber resistir, y si es preciso hacer lo que exige el don de firmeza.
Hay hombres extraviados y piensan que debemos plegarnos a su declive humano.
Urge tener fuerza para irritarse contra lo corrupto y la gente sin esperanza, que usa la Religión como magia. Es nuestro deber airarnos cuando la actitud viciosa de los demás pone a una cultura al borde de la disolución.
La ira es buena, cuando se usa según el orden de la razón para que sirva al bien del hombre. Hay que alabar a la gente que ponen su emoción en lo que hacen. Los creyentes que usan su razón hacen frente al mal en cada forma y lo hacen bien si la ira se pone de su parte. Así dice San Gregorio en su libro sobre los temas morales (595 d. C). (In 12.5)


