¿En qué contexto cultural vivimos?
Notemos, ante todo, la difusión de una nueva versión de individualismo en la concepción de la persona humana. Es un individualismo anárquico, sin un orden primario, porque
- desliga al hombre de sus vínculos esenciales;
- pone el acento en la expresión de la subjetividad;
- valora con exageración cualquier auto-expresión creativa como modelo de conducta;
- cada uno tendría derecho a elegir para sí un modo de vida libre y abierta, sin trabas.
Se fomenta en los niños y adolescentes, una temprana consciencia de autonomía y ésta se configura de modo egoísta, según la moral humana.
La cultura de hoy, inspirada por los maestros de la sospecha (S. Freud), rechaza cualquier idea de límite, norma o prohibición en la búsqueda del placer y en el ejercicio de la función que lo da.
Además, se ignora, se mitiga o se evita cualquier referencia a valores objetivos, universales y estables, respecto de los cuales el hombre debe ser educado y educarse a sí mismo en la responsabilidad.
Lo contrario es convertirse en personas “lindas”, aunque “psicópatas”.+