El ayuno
Esta práctica toma su origen del ayudo de Jesús en el desierto (Mateo 4:4-11). Por eso, es obligatoria para los católicos dos veces en el año: el Miércoles de cenizas y el Viernes Santo.
Lo del ayudo el Miércoles de ceniza es lógico. Al comenzar el tiempo de Cuaresma los católicos nos preparamos para ayudar a los hermanos que sufren hambre. Como dice el profeta Isaías: «Parte tu pan con el hambriento (Is. 58). Y ayunar el Viernes Santo parece que no necesita demasiadas explicaciones : nos unimos a la muerte del Salvador.
Junto al ayuno en cuanto obligación, está el ayuno voluntario para tener a raya las malas pasiones. En una época en la cual mucha gente ayuna sólo para adelgazar de sus comilonas anteriores, es justo que los católicos en privado y sin ostentación hagamos días de ayuno. Se trata de comer durante todo el día la mitad de lo que consumimos a diario.
El precepto del ayuno se complementa en la Iglesia con la abstinencia de carne en los mismos días señalados. En algunos países, los EE.UU. por ejemplo, los católicos cumplen con la abstinencia todos los viernes del año.
Para nosotros el ayuno no es un modo de hacer dieta, sino un signo de amor a quienes por egoísmo humano no tienen para comer. También en la Argentina hay niños que caen muertos de hambre y desnutrición. El precepto del ayuno es para pensar en serio.