Catequesis

El ayuno beneficia al cuerpo y al alma

San León Magno

Los escritos de san León han sido muy apreciados en todos los siglos. Por eso, le dieron el apodo de Magno, que significa “el grande”.

“La abstinencia del que ayuna se cambia en comida para el pobre. Procuremos defender a los que viven solos, auxiliar a los huérfanos, consolar a quienes lloran, dar paz de los que están enemistados. Recibamos a los viajeros, ayudemos a los oprimidos, visitemos a los enfermos, de modo que cualquiera de nosotros que ofrezca a Dios una obra de amor a los demás, merezca recibir del mismo el premio del reino celestial.

Sermón 13 – II sobre el ayuno del mes de Diciembre;

En la Patrología Latina editada por Migne tomo 54, col. 172

“El ayuno sin limosna aflige al cuerpo y no purifica el alma; es un acto de avaricia más que una abstinencia.

“Que la abstinencia de ustedes sea alimento de los pobres, y aproveche al necesitado lo que cada uno sustrae de su dieta. Mucho aprovecha al alma y al cuerpo el remedio del ayuno, pero no sirven si no se santifican con obras de misericordia”.

Sermón 15, IV y Sermón 20, IX Sobre el ayuno del Adviento

En la Patrología Latina editada por Migne tomo 54, col. 175 y 190

“Aceptemos el ayuno de Cuaresma con mucha devoción y una fe alerta. Lo hacemos con con una dieta estéril, tal como lo hacen los avaros, sino con una gran generosidad, para ser de los que ha dicho Cristo, la Verdad: Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados (Mt 5,6). Sean nuestros manjares las obras de misericordia, porque son alimentos que nutren para la eternidad. Sintamos alegría en la comida de los pobres a los que sacia nuestra limosna. Gocémonos de dar ropa a los niños pobres. Seamos humanos con los enfermos, a los que sufren en sus pruebas, a los huérfanos en su abandono, y a los ancianos solos en sus tristezas.

Sermón 40, II Sobre la Cuaresma

En la Patrología Latina editada por Migne vol. 54, col. 270

“De nuestros bienes saquemos algo para poner sobre la mesa del altar como limosna. Porque la medicina del ayuno ayuda a sanar el alma si lo que no come el que ayuna da pan a otro.

Sermón 80, III Sobre el ayuno de Pentecostés

En la Patrología Latina editada por Migne vol. 54, col. 420

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