El Ángel Gabriel
El ángel Gabriel es espíritu luminoso, mensajero del Fuego de Dios es fuego de amor. Los espíritus que brillan delante de su Trono tienen una misión: anunciar el fuego de Dios al mundo.
Tan encendidos por el fuego divino están los Ángeles que su única misión es encender en los demás el Amor de Dios.
Ahora bien, el Amor de Dios se nos manifiesta principalmente en su Deseo de Salvación para toda la humanidad mediante la Encarnación del Verbo Divino. Por consiguiente, los Ángeles tienen esta única misión: anunciar a Jesucristo y dar testimonio de la voluntad de Dios de que todos los hombres consigan la salvación.
Así la misión del Arcángel Gabriel ante la Purísima Virgen es clara. Él debe anunciarle el Amor incondicional de Dios por ella, y Ella al saberse tan amada y liberada experimenta la intensa libertad de quien es salvada por anticipado. Por eso, María responde con las palabras que la hacen la criatura más humilde y más alta: “Yo soy la esclava del Señor. Hágase en mí según tu Palabra”. El Arcángel no representa a un aristócrata entre los demás ángeles: es uno del Coro inmenso cuyo oficio es el de anunciar la bondad de Dios que quiere la Salvación humana. Que tenga nombre – Gabriel – no implica que los demás no sean junto a él y con él mensajeros del mismo anuncio: la próxima salvación humana. Cada ángel, incluso Gabriel, es un espíritu que recibe vida por estar en la presencia de Dios. Es una vida de amor incontenible y difusivo. Quien entra en el mundo de Dios, por la oración continua y silenciosa, se encontrará sin duda con el fuego y la luz de Gabriel, y puede recibir el milagroso anticipo y signo de la Salvación: la paz en el dolor y la salud espiritual y corporal.