Dios escribe su Ley en cada corazón
ÍNDICE
Es la consciencia interna del amor
¿Cómo salir al encuentro de lo inesperado?
Moisés escribió los Mandamientos en piedras. Y los maestros llegaron a establecer 600 preceptos. Pero el Espíritu Santo que recibimos en el Bautismo escribió la Ley de Dios en nuestro corazón. Porque las leyes no pueden predecir ni anticipar lo que va a suceder. Es preciso que de la consciencia interior brote el amor que se nos ha dado, primero hacia Dios y luego enseguida hacia el prójimo. Si ponemos la ley del respeto en nuestra casa podemos hacer la lista sobre cómo respetar. Pero las listas nunca tocan todas las situaciones posibles. Se necesita tener amor en nuestro corazón para salir al encuentro de las sorpresas de la vida. Los buenos modales externos no significan que uno tenga amor.
Sólo el corazón nos dice como actuar ante lo inesperado.
Si en nuestro corazón hay un amor firme, continuo, seguro que vamos a encontrar los modos para mostrar ese amor en cada situación. Cuando hay en cada uno una consciencia interna de amor nos sentimos unidos con Dios y con el prójimo, pero esa unión no nos dice como actuar en cada situación… Sólo cuando mantenemos nuestra consciencia amorosa sabremos encontrar una puerta, que nunca antes hubiéramos imaginado.
Dejarnos conducir por el Espíritu Santo
Para que eso suceda es necesario estar abierto a los impulsos del Espíritu Santo. El nos conduce. El nos usa como agentes de cambio y sanación. Una consciencia que sintoniza bien con Dios y con el prójimo reconoce enseguida las posibilidades que ninguna ley o lista puede preveer. Lo que importa es preguntarse ¿Con qué corazón hago esta acción? Lo importante es que la corriente vaya de adentro hacia afuera. Por ejemplo, no podemos decirle a los candidatos que quieren cambiar este caos, que nos digan cuántas leyes van a proponer. Lo único que vale es que no sean corrutos y que en su consciencia interna haya amor por el pueblo desamparado, sin tantos discursos y gritos.