Cumplir los años
ÍNDICE
Una propuesta para este largo cerrojo
¿Qué significa “cumpleaños”?
La mayoría de la gente celebra su cumpleaños como un año más que pasó. Es absurdo vivir para pasar años. Los años se deben “cumplir”. Cumplir la vida significa realizar la meta de ser hombre, llegar a la libertad interior y evitar la decadencia y una vida absurda o sin sentido. Cumplir es dar sentido a la propia existencia. Como por lo común “cumplir” se usa para expresar que uno terminó una tarea, una obligación, un compromiso, un contrato. Por supuesto eso está bien, pero una persona no podría darse por cumplida por haber realizado lo que manda una ley, un precepto, o un decreto. Nos machacan que debemos usar barbijo y lo cumplimos. Pero cumplir es mucho más que obedecer a otros. Cumplir es entender cómo es nuestra vida, saber cuál es el sentido de vivir y tomar decisiones libres y, por consiguiente, buenas.
¿Qué podemos hacer para vivir los años en plenitud?
Para eso se necesita comenzar un nuevo hábito. Como lleva un poco de tiempo y se vive corriendo de aquí para allá, la gente no se toma ese poquito de tiempo y va realizando una vez por mes ese “hábito”. Me refiero a dedicar una media hora el día final del mes para evaluar la vida.
La evaluación consiste en hacerse por escrito siete preguntas y responderlas por escrito con sinceridad. Esas preguntas son las siguientes: 1º. ¿Qué aprendí en este mes? – 2º. ¿Qué debo aprender? – 3º. ¿Qué metas tengo en la vida? – 4º. ¿Qué oportunidades tengo? – 5º. ¿Qué debo dejar por inútil? – 6º. ¿En qué debo concentrarme? – 7º. ¿Cuál es mi horizonte?
¿Cuándo se logra “cumplir los años”?
Esa evaluación no se acaba nunca. Es el largo proceso de la propia corrección. En eso consiste el aprendizaje. La gente que piensa que ya lo sabe todo, y no estudia más, no critica lo que hace, se vuelve vieja, porque sus años “pasan”. ¿No conocen ustedes mujeres que no admiten una sola crítica a su comida? ¿No conocen jefes a quienes ni siquiera se puede insinuar que se equivocaron? Cuando uno no vive corrigiéndose no avanza. ¿Qué pensarían de un científico que no estuviera al tanto de las publicaciones de sus pares en las revistas especializadas?
La crítica por más que duela, hay que evaluarla también. Quien escribe un libro no puede considerar “enemigo” a quien escribió reseñas críticas a su obra. Una persona honesta está esperando esas críticas. Mejor aún, sabe corregirse a sí mismo.