Cuidado al juzgar de tontos a niños y adolescentes
Hace poco un hombre grande, hablando se un nieto, dijo que era deficiente según los neurólogos y psicólogos. Me llamó la atención ese juicio y pregunté: ¿Qué sabe hacer? El varón respondió: Es muy rápido con la computadora. Además tiene un gallinero y le encanta cuidar las plantas y las flores. Y puede arreglar cualquier cosa. Ah y sabe tocar el bombo. Repliqué: Esos neurólogos y psicólogos son ignorantes. Porque no conocen los tipos de inteligencia que hay en las personas y son varios. Por ejemplo, su nieto tiene una mente lógica que le permite arreglar computadoras, tiene una mente espacial que le hace ocuparse de las cosas al aire libre como las gallinas y las plantas, una mente musical, y por último tiene una mente del movimiento corporal, pues sabe usar sus manos para cualquier cosa.
El hombre estaba estupefacto ante mis palabras. Entretanto yo miraba al muchacho subido a una escalera y tomando medidas. Estaba bien limpio, vestido con orden y sus zapatillas habían sido lavadas y parecían nuevas.
Así que agregué con una sonrisa pícara: El muchacho tiene además una mente corporal, porque cuida su cuerpo y se preocupa de su apariencia. El abuelo insistía que al muchacho no le gustaban las cuentas ni escribir o leer el idioma.
Entonces le sinteticé al hombre las siete inteligencias descubiertas por Howard Gardner que cambiaron el panorama del juicio sobre niños y jóvenes, y que si no se tienen en cuenta puede dañar para siempre a una persona.
En efecto hay siete inteligencias: inteligencia lógica y matemática; inteligencia lingüística; inteligencia musical; inteligencia interpersonal; inteligencia intrapersonal; inteligencia del cuerpo y el movimiento; y por último, inteligencia espacial. A todas esas hay que agregar ahora la inteligencia emocional. Es inútil querer juzgar a los chicos por su cociente intelectual, basado sólo en la matemática y la lengua.