Cubrimiento de las imágenes en Semana Santa
Impacta ver las imágenes tapadas de color purpura desde el viernes antes del Domingo de Ramos. Es la humillación a la que Jesús se sometió. Se oculto la gloria de Dios en la tragedia de la Pasión. Jesús acepto las torturas, y abusos que le infligieron como si fuera un criminal. Los hermanos deben ocultar su Gloria cuando la de Jesús se desvanece ante los hombres.
Hasta el Concilio Vaticano II (1962-1965), en cuaresma se tapaba en los templos lo que representaba a la Iglesia del Cielo (las imágenes, pinturas, iconos), y se revelaba de nuevo en la Vigilia Pascual. Hoy vuelven los sacerdotes a cubrir las imágenes, porque de to antiguo lo que único mandado y obligatorio es comenzar la Vigilia en completa oscuridad. Antes (y ahora poco a poco) la sensibilidad católica quería vivir la Cuaresma en sobriedad y recogimiento, porque la Iglesia quería poner toda su atención en la Pasión y la muerte de Jesús.
La velación de imágenes estaba prescrita en el Ceremonial de los obispos. Es una tradición antiquísima que empezó de un modo y terminó de otro. En efecto, el primer día de Cuaresma se presentaban en la comunidad los pecadores y el obispo los despedía para que hicieran penitencia y volvieran el Jueves santo. Les imponía ceniza y los vestía de arpillera y los sacaba del paraíso. Este rito duró hasta el siglo XVI, en el cual la recepción de la ceniza fue al empezar la Cuaresma para todos los fieles porque la mayoría eran pecadores.
Por eso, la Iglesia suprime el Gloria en Cuaresma y lo único que se oye es el himno de alabanza a la Bandera del Rey (La Bandera real) que sana a los fieles y les da la fuerza de Jesús, como quedó plasmado en le rito de la Reseña del miércoles santo.
Hay que dar gracias a Dios que se recuperen las prácticas de la tradición católica. Lo bueno de la Iglesia es que tiene «memoria» y saca de su tesoro lo nuevo y lo antiguo.