¿Cómo se hace para orar?
ÍNDICE
El corazón o las entrañas
En el Antiguo Testamento corazón equivale a la palabra persona. En el Nuevo testamento se usó “yo” en vez de corazón. El corazón en la Biblia representa el yo del hombre. El corazón es el lugar del hombre adonde Dios se dirige (Salmo 50 (51): 12.19). “Su corazón está lejos de mi”(Marcos 7:6): se refiere al corazón de los enemigos. San Pablo en Romanos 2:5 llama al corazón humano impenitente. Por eso, la tarea del corazón es hacer penitencia. Si se convierte el corazón, cambia todo el hombre.
Dios abre el corazón del hombre (Hechos 16:14). Dios hace que su Luz lo ilumine (2 Corintios 4:6). Dios se manifiesta al hombre enviando el Espíritu Santo de su Hijo (2 Corintios 1:22). En una palabra, Dios es conocedor de los corazones (Hechos 1:24; 15:8). La dureza del corazón o “esclerocardía” (Marcos 10:5) aparece cuando el hombre se cierra a si mismo ante el llamado de Dios o del prójimo.
Para tener en cuenta al orar
Primer consejo a tener en cuenta al orar
La oración no es un asunto intelectual afectivo, sentimental, moral o filosófico. La oración depende de un sentido o facultad interior que solo actúa en contacto con Dios, convirtiendo la inteligencia, la afectividad, la moral, la religión y la sociabilidad en el sentido de Jesús.
Segundo consejo a tener en cuenta al orar
Dios nos ha dotado de una facultad o sentido interior para entrar en contacto con El. La Biblia lo llama corazón o entrañas. Jesús lo identifica a lo más interior que hay en nosotros (Marcos 7:21). Esa facultad se parece a la intuición que nos hace ver el fondo de los demás. Ahora bien, ese corazón es rebelde, a causa del pecado; se hace duro, ciego y pierde la capacidad de amar, de conocer y de ver.
Tercer consejo al tener en cuenta al orar
Por el Espíritu Santo de Jesús logramos un corazón nuevo que nos permite vivir de un modo mejor. El corazón nuevo de cada bautizado no funciona cuando no se lo usa. No es un instinto, porque los instintos son determinados y se prenden y apagan según la excitación exterior. Ese corazón nuevo necesita ser entrenado para relacionarnos con Dios de modo personal. Necesita que la libertad sea sanada de sus extravíos.
¿Cómo se despierta y desarrolla el corazón nuevo? Mediante la oración. ¿Qué oración?
Pues hay varias formas de oración: litúrgica, comunitaria, colectiva, personal, improvisada, repetitiva de jaculatorias, vocal y otras. La oración de la que tratamos aquí es una oración interior:
Es una oración que va a Dios por Dios mismo
Es una oración que entabla una relación de amor, personal. Es una oración que busca la comunión y el conocimiento.