Catequesis

¿Cómo nos habla Dios?

Sabemos que Dios habló directo a personas santas. Eso es raro. Lo común es que Dios nos hable mediante las experiencias que vivimos.
1°. En primer lugar, Dios nos habla mediante las honestas necesidades. Así dios nos habla mediante la gente que nos defiende, ayuda, protege, nos cuida, nos sirve, que son las formas de verdadero amor. dios nos habla a medida que crecemos en lo espiritual, elevando nuestro nivel de consciencia. cuando aceptamos sufrir, o guardamos la esperanza, o dejamos el pasado. Dios nos habla cuando entendemos que otros sufren tanto o más que nosotros; cuando sanamos las heridas (traumas) de la niñez mediante la oración silenciosa; al oír la Palabra santa; cuando confesamos nuestros pecados y encontramos un confesor que sabe escuchar.
2°. En segundo término, Dios nos habla mediante los buenos deseos y nuestros sueños. A veces dejamos de lado esos deseos buenos, como imposibles y seguimos viviendo una vida rutinaria, monótona y mortífera. Además, ¿Quién presta atención a los sueños? Los contamos a y nos dicen que estamos locos: entonces nos callamos. Los sueños pueden ser interpretados. Hay sacerdotes que saben hacer esa interpretación. Sólo necesitamos anotar algunas palabras clave en una libreta, para poder reconstruirlos al despertar. Recordemos que dios hablo en sueños a san José por medio del Árcangel Gabriél en dos ocasiones (al menos, esas que traen los Evangelios). Antes de éso, Dios hablaba en sueños al otro José, el hijo de Jacob, a quien sus hermanos vendieron y fue el hombre mas importante del Egipto faraónico.
3°. En tercer lugar, dios nos habla mediante las habilidades. Cada uno debe hacer la lista de sus capacidades y ceñirse a ellas. El hábil artesano, precisa cada día mejorar en su arte. El maestro, debe preparar sus clases. El ama de casa conoce el valor nutritivo de la comida que da a su familia.
4°. En cuarto término, Dios nos habla cuando oramos en la Iglesia o en casa: de pronto surge en el corazón una idea o un propósito. Es preciso salir del ajetreo diario para entrar en silencio. Aquietar el animo, silenciar la mente, despejar el corazón. Entonces oímos con claridad cosas sorprendentes y vemos aspectos de nuestra vida que habían desaparecido de la superficie.
5°. Por último, Dios nos habla cuando leemos libros o textos, porque el Señor nos inspira preguntas críticas sobre lo que leemos, y nos impulsa a tirar un libro o a asumirlo como libro de cabecera. Hay muchas meditaciones de los santos, reflexiones de los eruditos e ideas de los filósofos y teólogos que nos ayuda mucho a vivir mirando nuestro horizonte.

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