Catequesis

¿Cómo llegamos a amar a Dios?

El mandamiento antiguo

El antiguo mandamiento de la ley judía era lógico: primero sentir la vida y la existencia como una gracia de Dios, y después sentirse animado a amar a los otros. Por eso decía: “Amarás a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a tí mismo”.

El mandamiento nuevo

El nuevo mandamiento de la ley cristiana es al revés de aquel. Primero siento la gracia de la presencia del amor humano, me siento perdonado, aceptado, servido. Luego empiezo a sentir la vida como una gracia de Dios, y recién después me siento animado a amar a los otros. Eso comienza en la familia o quienes me adoptaron, no lo puede suplir nadie.

¿Cómo llegamos a amar a Dios?

La mayoría de nosotros sentimos nuestra vida valorada y amada por Dios, cuando nos sentimos valorados y amados por los otros! Llegamos al amor de Dios mediante el amor humano. Este es el fundamento del nuevo mandamiento de Jesús: no es lógico: no empieza por Dios.

La comunidad de los cristianos

La primera comunidad de cristianos no sólo transmitió la memoria del amor de Jesús, sino que transmitió la realidad de amar a los demás. Las comunidades cristianas son el puente que nos une a las palabras pronunciadas por Jesús hace veinte siglos. Esas palabras entran a mi vida no sólo por oír el Evangelio, sino por que los cristianos nos mostramos el amor y se lo mostramos a los otros.

¿Cómo hacemos para amarnos entre nosotros como mandó Jesús?

Para unirnos a Jesús no tenemos que hacer el esfuerzo psicológico para ir hacia atrás en el tiempo y encontrar el texto del Evangelio. Para unirnos a Jesús tenemos que pertenecer a esta comunidad concreta de cristianos que hace la memoria y hace presente el amor de Jesús. Necesitamos las dos realidades: el texto del Evangelio y la comunidad concreta para recordar a Jesús y amarnos como El nos amó.

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