
Carta abierta sobre el Crimen aberrante
El 18 de febrero una multitud protestó por la violencia de un crimen aberrante contra un joven en la costa. Y el miércoles 19 otra marcha ante al Congreso, apoyada por el Gobierno, las clínicas aborteras y médicos inmorales para pedir el crimen aberrante de matar en el seno materno a un no-nacido.
El argumento que dan es el supuesto derecho de la mujer a disponer de su cuerpo y la violencia de la violación que sufren algunas mujeres. Eso es inaceptable desde el punto jurídico. Y se ha debilitado el sentido popular que apoya a la Tradición de la Iglesia en contra de este trastorno mental de la sociedad argentina.
El falso argumento del derecho a elegir nada dice del derecho a vivir que tiene un niño engendrado. Asesinar a un niño no nacido en el seno de la madre es un crimen aberrante. Para estas marchas, las feministas pagadas por las clínicas y médicos aborteros, y los comerciantes en órganos, han montado un pedido a los diputados para que sancionen una ley nacional que despenalice el aborto, ayudados por el gobierno.
Pues bien, hay persona humana apenas se concibe a una vida. El embarazo no es algo que aparece en la mujer, sino una persona con un alma inmortal dada por Dios. El embrión no es parte del cuerpo de la madre, porque posee un ADN distinto al de los padres. No hay derecho a matar: nadie puede decidir quien puede vivir y quien debe morir. No existe derecho cuando la finalidad es asesinar.
Sobre todo, el aborto es un gran negocio. Los médicos y clínicas que lo practican son millonarios, fariseos reales, que sacan un niño con instrumental médico: quitan partes y las venden a empresas que usan esas células perfectas para sus productos.
El aborto no soluciona la pobreza, la marginalidad y la violación. Hoy muchas chicas con anuencia de sus padres tienen sexo con cualquiera por placer. Esas no son violaciones sino sexo casual consentido, cuyo fruto hay que desechar rápido. Los efectos del aborto en la gente son gravísimos: impiden la maduración de las personas porque hay un asesinado en la familia que puede ser su hijo, hermano, tío y abuelo, de los cuales ni se habla, pero pertenecen a la casa porque fueron personas humanas.
La radio y la tv, los diarios y las activistas llevan una campaña indicando al único opositor que sería el Papa, identificado con la Iglesia. En cambio, la Iglesia son todos los bautizados en Cristo, católicos, ortodoxos y evangélicos. Quien procura un aborto, quienes se ofrecen y colaboran, están castigados con la pena máxima de excomunión inmediata: quedan fueran de la Iglesia. La gente de una comunidad o es farisea o vive según la norma de Jesús. Digan si, cuando es si, y no, cuando es no. Lo demás viene del Malo.

