Vida

Caminar hacia lo desconocido

Inventar cosas nuevas

Hay que ser como un faro en medio de la tempestad

Muchos piensan que los faros son para visitar cuando uno es turista y para sacar fotos. Nadie edificó un faro y lo cuida, para esas pavadas. El faro está para dar señales de peligro e indicar el rumbo que se debe tomar para no encallar. Emite señales  de luz que permiten discernir dónde estamos y adónde queremos llegar. Los capitanes de barcos, los buques pesqueros los necesitan, porque el faro les muestra donde están y el capitán decide a dónde quiere llegar. En esta situación de encierro obligado y de terror a la muerte que han provocado los que mandan, quizá sin intención, para la salud de la población, se precisa más que un faro. Ignoramos donde estamos, y qué rumbo tomar.

Sentido de viajar a lo desconocido

Vivimos una situación especial de viaje a lo desconocido. Entonces la gente espera que aparezca un líder que haga ver lo que todavía no existe. Ni siquiera los que investigan las vacunas parten de lo que no existe. La gente espera a un mago, que hace volar una paloma de un pañuelo que antes había mostrado vacío. Los magos son artistas. Se presentan en los teatros. Necesitamos menos fantasía y más sencillez. J. S. Bach era un duro trabajador y no poseía una fuente inagotable de inspiración. Lo que él hizo lo hicieron muchos antes de él, y lo siguen haciendo otros. Agatha Christie o Gilbert Chesterton, como escritores, tuvieron que sudar mucho para tener éxito. Leopoldo Marechal tardó casi 20 años en escribir una novela cumbre de la literatura argentina Adan Buenosayres. El filósofo B. Lonergan escribió sólo 3 libros en su vida y cada uno le costó 17 años de trabajo. El  partía de lo conocido y no sabía adonde llegaría.

No podemos seguir sentados esperando que surja algún líder carismático

Los que mencioné no eran artistas, sino gente que pasaba largo tiempo observando y pensando, leyendo a otros sabios e imitando lo que hicieron aquellos. Por eso, fueron creativos e innovadores en sus campos. Cometieron muchos errores pero los detectaron a tiempo y fueron capaces de corregirlos. Por eso, fueron creativos! Nosotros, en cambio, ni detectamos los errores ni los sabemos corregir a la espera de que surja algún líder que diga lo que hay que hacer. Cada uno en su familia, en su comunidad o en su grupo, con tanteos y calma, puede innovar y no repetir, inventar algo nuevo. Conozco una muchachita que de las cosas que tiramos, incluyendo los fósforos usados, puede hacer cosas hermosas. No es una genia. Es una inventora que sabe mirar más allá de lo que se ve. San Pablo hizo lo mismo: 14 años se dedicó a la vida de oración y 12 más a viajar por todas partes. Así cristianizó el mundo pagano. (GFI. 16)

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